Daniel Ortega regresó al poder con el 38 por ciento de los votos, en unas elecciones con la oposición dividida, los resultados de un pacto oscuro y el descalabro del sistema electoral. Tras 16 años de gobernar “desde abajo”, Ortega nunca perdió el poder, más bien fue acumulando cada vez más hasta llegar a esas elecciones.
